Cómo Meditar y sus Beneficios

Cómo Meditar y sus Beneficios   Meditar es una actividad reconocida y a la vez desconocida para muchas personas. Más que una actividad me gusta empezar diciendo que la meditación es más a una práctica. Una persona no simplemente empieza a meditar, sino que empieza a practicar. Me gusta ser muy gentil cuando hablo de meditación con personas que no nunca han practicado. Lo que intento decir es que al igual que el yoga, es una práctica que se trabaja, y con el tiempo uno se vuelve mejor. Uno no entra a su primera clase de yoga haciendo parados de cabeza y torsiones complicadas. De hecho uno puede adentrarse en el mundo del yoga y dejar de hacer yoga después; y perder la fuerza y elasticidad de los músculos que se había adquirido y tanto nos había costado. Lo mismo pasa con la meditación, tengo experiencia meditando pero como ser humano mi practica fluye, a veces avanzo y a veces retrocedo; sin embargo esto no debe desalentarnos, es una realidad. Aquí les dejamos una meditación típica y lo que sucede.  

La primera etapa de la meditación consiste en detener las distracciones y lograr una cierta claridad y lucidez en la mente. Esto puede lograrse por medio de un simple ejercicio de respiración. Primero buscamos un lugar tranquilo donde podamos meditar y nos sentamos en una posición cómoda, ya sea la postura tradicional, con las piernas cruzadas una sobre la otra, o cualquier otra posición cómoda. Si lo preferimos, nos podemos sentar en una silla. Lo mas importante es mantener la espalda recta para no caer en un estado de somnolencia.   Un buen momento para meditar es aquel en el que estamos casi dormidos, ya que entonces tiene lugar un relajamiento natural.

Mantenemos los ojos entreabiertos y si no podemos los cerramos y enfocamos toda nuestra atención en la respiración. Respiramos de forma muy natural, preferiblemente a través de los orificios nasales, sin pretender controlar la respiración, e intentando ser consciente de la sensación que produce la entrada y salida del aire por la nariz. Esta sensación es nuestro objeto de meditación. Nos concentramos en él tratando de olvidar todo lo demás. Es aconsejable respirar siguiendo el propio ritmo, prestando atención, pero sin preocuparse para no interferir en el proceso de relajación.  

Al principio percibiremos que nuestra mente esta muy atareada y entonces  es posible que pensemos que la meditación la agita aun mas. En realidad, lo que ocurre es que empezamos a darnos cuenta de lo ajetreada que normalmente esta nuestra mente. Además, tendremos tendencia a seguir los diferentes pensamientos que vayan surgiendo, pero hemos de resistirnos a ello y concentrarnos lo que podamos en la sensación producida al respirar.  

Si descubrimos que nuestra mente se distrae y vaga tras pensamientos e ideas, hemos de retornar de inmediato a la respiración. Repetimos este proceso tantas veces como haga falta hasta que la mente se asiente en la respiración. Si practicamos de este modo con paciencia, nuestras distracciones irán disminuyendo de manera gradual y experimentaremos una sensación de serenidad y relajación. La actividad mental se desarrolla en forma clara y espaciosa y nos sentiremos restablecidos.   Cuando el mar esta encrespado, el sedimento del fondo se agita y el agua se enturbia, pero cuando el to cesa, el lodo se despista en el fondo poco a poco y el agua se vuelve trasparente. Del mismo modo, cuando por medio de la concentración en la respiración logramos calmar el flujo incesante de nuestras distracciones nuestra mente se vuelve lucida y penetrante. Entonces, tratamos de permanecer en ese estado de calma mental durante un rato.  

Aunque este ejercicio de respiración no sea mas una etapa preliminar de la meditación, puede llegar a ser muy efectivo. Esta practica es una prueba de que podemos experimentar paz interior y satisfacción si solo controlamos la mente, sin depender de las condiciones externas. Cuando la turbulencia de las divagaciones mentales disminuye y nuestra mente se calma, surge de forma natural un sentimiento profundo de felicidad y paz. Este sentimiento de bienestar nos ayudara a resolver los problemas y dificultades de la vida diaria.   Una gran parte del estrés y de las tensiones que nos afligen se originan en la mente y muchos de nuestros problemas, como la mala salud, son provocados o agravados por el estrés. Si practicamos la meditación con los cristales, durante diez o quince minutos al día, seremos capaces de reducir en gran medida nuestro estrés.   Experimentaremos una sensación de tranquilidad y espacio mental y muchas de nuestras contrariedades se desvanecerán porque sabremos manejar mejor las situaciones difíciles, nos sentiremos mas cerca de los demás, seremos mas atentos y nuestras relaciones mejoraran. Durante la meditación se produce un muy producido equilibrio psico-físico con algunas variaciones físicas altamente positivas, que han sido comprobadas experimentalmente y aceptadas por la ciencia como propias del estado de meditación.